En mayo del 2011, el grito de “no nos representan” denunció a quienes, desde 1978, se han ido repartiendo el
poder en el gobierno y en las sillas de los Consejos de Administración de las
grandes empresas: PP y PSOE, con la connivencia de los sindicatos mayoritarios
y de CiU.
Seis años más tarde, aquel grito resurge de nuevo con fuerza para mostrar el
malestar contra un régimen agónico. Un régimen que propina sus últimos
coletazos avivando el nacionalismo español y reprimiendo toda disidencia a
golpes de porra o mediante sentencias judiciales.