miércoles, 13 de septiembre de 2017

Abajo el Estado de la Transición del 78

Hace unos meses estuve viajando por distintos pueblos y ciudades de Extremadura y Andalucía, también por Madrid capital. Estuve en reuniones distendidas, con varios amigos y amigas, y con varios exalumnos y exalumnas de cuando estuve dando clase de filosofía fuera de Cataluña.
Todas las reuniones fueron siempre muy distentidas y amigables, prácticamente de fiesta y celebración. Pero, invariablemente, en todas ellas había siempre un momento en que alguien me lanzaba la pregunta: ¿Y TÚ QUE OPINAS SOBRE CATALUÑA? ¿QUÉ PIENSAS DE LA INDEPÈNDENCIA?  E inmediatamente, a continuación se hacía un silencio sepulcral, aunque en la reunión hubiese 20 o 30 personas.  
Pues bien, aquí resumo mi posición a día de hoy, 13 de setiembre de 2017, a 18 días del 1 de Octubre, fecha en que está convocado un “Referendum” por el Parlament de Catalunya, que el gobierno de Rajoy repite, por activa y por pasiva, que  impedirá que se realice.
Manifestaciones masivas cada año en la Diada pidiendo independencia


Creo que somos NOSOTROS MISMOS quienes hemos de decidir en los barrios, en los pueblos y en las ciudades, mediante DEMOCRACIA DIRECTA, todas las normas que afectan a nuestra convivencia. Esas normas no nos las han de imponer personas encerradas en despachos lejanos, que muchas veces nunca han trabajado y siempre han vivido de la política, y que desconocen los problemas reales de la gente.
No creo en las leyes de los Estados, ya que esas leyes las han hecho los poderosos para salvaguardar sus intereses y continuar explotando a la mayoría, sirviéndose de los cuerpos represivos (entendidos en sentido amplio), para controlar cualquier disidencia. Por eso estoy a favor de la DESOBEDIENCIA CIVIL ORGANIZADA, como único medio de defendernos ante las leyes de los Estados.
También estoy EN CONTRA DE LOS ESTADOS Y DE LAS NACIONES, porque en lugar de permitirnos decidir por nosotros mismos, únicamente se limitan a dejarnos votar cada cuatro años, en una parodia de democracia pensada para que los que mandan mantengan su poder y sus privilegios. En las elecciones, como en los casinos, ya se sabe siempre el resultado: la banca siempre gana.
También estoy EN CONTRA DE LAS FRONTERAS, porque las FRONTERAS sólo existen para los pobres. Los ricos y los poderosos no tienen fronteras, pueden traspasar todas las fronteras del mundo sin ningún tipo de problema.
Frente a los Estados, las Naciones y las Fronteras me considero CIUDADANO DEL MUNDO (y no súbdito de un Estado). Defiendo la CIUDADANÍA UNIVERSAL para todos los seres humanos por el simple hecho de ser humanos. Todas las personas hemos de tener, en la sociedad en que vivimos permanentemente, los mismos derechos al margen de cualquier nacionalidad.
Somos un sólo pueblo, sin naciones ni fronteras

Dichas todas estas cosas, me parecen totalmente cómicos los intentos de Rajoy de enfrentarse a un problema como el que existe en Cataluña, aplicando unas leyes hechas a la medida del PP, con unos jueces a la medida del PP y con un Tribunal Constitucional teledirigido por el PP.
Cualquier persona con dos dedos de frente, lo primero que hace ante cualquier conflicto es intentar entenderlo, ponerse en el lugar del otro y ver de qué manera ese conflicto se puede solucionar. Porque algún problema debe haber en Cataluña cuando durante siete años el 11 de setiembre salen a la calle tantos centenares de miles de personas.
Todos estos años lo único que ha hecho el PP ha sido azuzar a los jueces y potenciar la CATALANOFOBIA. Por ejemplo, MINTIENDO PARA RECOGER CUATRO MILLONES DE FIRMAS contra un Estatuto de Cataluña, aprobado por el Congreso de Diputados, refrendado por el pueblo de Cataluña y, finalmente, RECORTADO POR UN TRIBUNAL CONSTITUCIONAL TELEDIRIGIDO POR EL  PP. Y, como se puede comprobar, eso sólo ha hecho más grande el problema. Seguir por esa línea, enviar a los jueces, a la guardia civil, o quien sabe a quién más en el futuro, es echar más gasolina al fuego.

El PP recogió 4.000.000 de firmas contra el Estatuto de Cataluña

Que cada cual defienda lo que quiera: la independencia, el unionismo, la federación, la confederación o lo que le salga de las narices. Pero alguna solución habrá que buscar PORQUE ASÍ NO SE PUEDE SEGUIR.

Es evidente que EL ESTADO SURGIDO DE LA TRANSICIÓN ESTÁ ACABADO. No responde, ni nunca ha respondido, ni a los intereses sociales de la gente, ni a los intereses territoriales de las comunidades. Un Estado con una Constitución IMPUESTA POR LOS PODERES FÁCTICOS FRANQUISTAS  con el acuerdo de los partidos políticos de la Transición. Ahora ese Estado se derrumba y sólo falta, como en la canción de “la estaca” de Lluís Llach, que todos tiremos juntos un poco más para que acabe por derrumbarse del todo. Estamos en un Estado con una constitución neofranquista, cuya aplicación concreta a lo largo de los años ha ido retrocediendo cada vez más y más, como los cangrejos, hasta que, de seguir por ese camino, acabaremos por volver al Franquismo.
Hay que acabar con el régimen neo-franquista de la transición. Para lo cual sólo hay un único camino: la DESOBEDIENCIA. En todos los lugares del Estado, en Cataluña y fuera de Cataluña. Cada uno y cada una en su lugar, frente a las leyes que le afecten. DESOBEDIENCIA para acabar con las LEYES PEPERAS NEOFRANQUISTAS.


Sólo los mayores de 57 años pudieron votar esta Constitución

Y si me preguntan concretamente que haré el día 1, lo digo bien claro, me movilizaré y votaré para manifestar que QUIERO QUE ESE ESTADO DE LA TRANSICIÓN ENTRE EN CRISIS y solidarizarme con todos los ciudadanos del Estado que están en contra de este régimen neo-franquista: se puede votar en blanco, se puede votar nulo (poniendo una frase o una imagen) o se puede votar SÍ. Lo que no puede hacerse es no ir a votar o votar no. 

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