En la actual sociedad las diferentes culturas, lenguas, religiones, costumbres y tradiciones conviven unas con otras en los mismos lugares, y su relación implica a todas las personas, tanto autóctonas como migrantes.
Una forma equivocada de tratar las diferencias culturales es la "asimilación". La "asimilación" impone una única cultura y anula todas las demás, fundamentando el nacionalismo etnicista, el racismo y la xenofobia.
Otra forma equivocada de tratar estas diferencias es la "multiculturalidad segregada". La "multiculturalidad segregada" defiende que todas las culturas se han de preservar y han de estar separadas sin relacionarse unas con otras, en lugares diferentes, paralelos, recluidas en compartimentos o guetos diferenciados.
La "interculturalidad", por el contrario, concibe las diferentes culturas en cambio permanente, enriqueciéndose mutuamente, continuamente, unas con otras, con muchas aportaciones a lo largo de la historia. Según la “interculturalidad”, todas las culturas tienen cosas positivas a aportar y cosas positivas a recibir.
El mundo, Europa, España, Cataluña, caminan hacia una sociedad diversa, intercultural, inclusiva, mestiza, dentro de un Estado laico.
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